Introducción
Las Keftedes son unas albóndigas griegas que se caracterizan por su sabor exquisito y su textura suave. Esta receta es muy fácil de preparar y no te llevará más de 45 minutos en total. Además, es perfecta para servir como plato principal en una cena con amigos o familiares. La cantidad de comensales que podrás servir dependerá del tamaño de las albóndigas que hagas, pero en promedio podrás servir a unas 4 personas.
Ingredientes necesarios
- 500 gramos de carne de ternera picada
- 1 cebolla grande picada
- 2 dientes de ajo picados
- 1/2 taza de pan rallado
- 1 huevo grande
- 1/2 taza de perejil fresco picado
- 1/2 taza de menta fresca picada
- 1/2 taza de queso feta desmenuzado
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva para freír
Proceso de elaboración
- En un tazón grande, mezcla la carne picada, la cebolla, el ajo, el pan rallado, el huevo, el perejil, la menta y el queso feta. Mezcla bien todos los ingredientes con las manos hasta que estén bien combinados.
- Añade sal y pimienta al gusto. Mezcla de nuevo para que la sal y la pimienta se distribuyan uniformemente en la mezcla.
- Forma pequeñas albóndigas con la mezcla. Puedes hacerlas del tamaño que prefieras, pero en promedio deberían tener el tamaño de una pelota de golf.
- En una sartén grande, calienta suficiente aceite de oliva para cubrir el fondo de la sartén. Cuando el aceite esté caliente, añade las albóndigas y fríelas hasta que estén doradas por todos los lados. Asegúrate de que las albóndigas estén completamente cocidas antes de retirarlas de la sartén.
- Retira las albóndigas de la sartén y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Sirve las albóndigas calientes y disfrútalas con una salsa tzatziki o con una ensalada fresca.
Conclusión
Las Keftedes son una deliciosa opción para una cena en casa con amigos o familiares. Además, esta receta es muy fácil de preparar y no te llevará mucho tiempo. Las albóndigas tienen un sabor exquisito gracias a la combinación de la carne de ternera con el queso feta y las hierbas frescas. Además, son una excelente fuente de proteínas y contienen una cantidad moderada de grasas y carbohidratos. ¡Disfrútalas!